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La Universidad Monteávila: una apuesta audaz por Venezuela. Hacia los próximos 25 años

Oct 17, 2025

Es tradicional que cuando una institución cumple un aniversario redondo se le felicite y se le desee lo mejor para los siguientes años. Cuando son pocos años (menos de 50 diría) se enfatiza, en nuestro caso: a por los próximos 25 años.

Yo lo he pensado, y me digo si no es una temeridad. En un país donde el largo plazo es un año, pensar en logros en cinco lustros puede ser un ejercicio casi de ficción. Pero si miramos al lejano 4 de octubre de 1999, podríamos decir que sí se puede porque se ha podido. Ciertamente no es un argumento racional sino emotivo. Pero, créanme, la Monteávila ha salido adelante por el corazón que ha puesto un magnífico grupo de amigos con un fin en la mente y unos valores comunes que los sustentaban

La esperanza es la virtud del docente. Uno siembra conocimientos, competencias y actitudes. En la gran mayoría se ven los resultados en el tiempo de la materia. En otros no. Pero las 23 promociones en pregrado y 18 de postgrado, nos atestiguan que los frutos siempre llegan. Guardo la conversación en WhatsApp con un egresado de las primeras promociones. Solía tener una actitud desapegada a la universidad. Se mudó a España, y apoyó que su hijo mayor aplicara en la Universidad de Navarra. Lo aceptaron. El día que lo llevó a Pamplona al comienzo de clases, me escribió: “Hoy dejamos a … en la UNAV…. Es increíble las vueltas que da la vida…. Cada vez que vengo me siento en la UMA… mismo ambiente, mismo espíritu, cuidado de todos los detalles. Te mando un abrazo Guillermo … ¡gracias por todo!”. El sentimiento de pertenencia y el impacto formativo perduran.

Pienso que en el plano institucional vivimos también de esa virtud. En oportunidades no se ven caminos claros para avanzar. Existen los obvios y consabidos obstáculos. Siempre faltan gente, recursos materiales y apoyos externos. Recuerdo la conversación con uno de mis predecesores. Le pregunté qué le preocupaba. Me respondió: la falta de directivos. Pienso que todos los rectores de la Monteávila (me incluyo) hemos dudado en algún momento, y en mayor o menor medida, de si podríamos superar un particular escollo. Es por esto importante vivir la virtud de la esperanza. Recuerdo a mi antecesor que afirmaba: la Monteávila ha salido adelante porque mucha gente reza por ella. Lo suscribo. Por supuesto, no esperamos sentados a que haya milagros, ponemos todos los medios necesarios, el buen trabajo y la excelente actitud que siempre ha caracterizado al personal académico, administrativo y de apoyo de la universidad. En criollo: A Dios rogando…

La Monteávila celebra su 25º aniversario con pasos firmes hacia el futuro, resumidos en el acrónimo +UMA, que expresa la suma de esfuerzos para crecer en planta física, en carreras, en postgrados y en alianzas. 

Me ha correspondido enseñar la sede de Lomas del Sol a múltiples personas. Algunos han venido a título individual y otros representando corporaciones. Es común oírlos decir: en esta crisis, ver una institución apostando al futuro es muy positivo. Esta constatación ha llevado a muchos a apoyar el proyecto. Lo atestiguan los nombres de las aulas o el récord en ingresos del fondo de ayudas estudiantiles del año pasado.

No todos han pensado así. Algunos han dudado si lo podríamos hacer. Vinieron cuando solo teníamos el aula Enrique Pérez Olivares, y había obreros trabajando en áreas grises. Pasó el tiempo, los promovimos y llegaron los recursos, se trabajó esforzadamente, y del gris pasamos a coloridas aulas, laboratorios, hubs y cafetines

Hoy vienen, en un día (o noche) de clases, y se topan con un piso uno en plena ebullición: aulas y laboratorios de informática ocupados, jóvenes estudiando en mesas en los distintos espacios, usando las pizarras para explicar a compañeros o escuchando un vinilo en Motatán mientras conversan y se toman un café, una infusión o un preparado. La pelota en la cancha de pádel no deja de sonar. Hay colas de carros para entrar al estacionamiento o dejar a jóvenes en el andén. Otros estudiantes esperan la camioneta de LaWawa para ir a Plaza Las Américas. Y lo más importante: hay alegría en los rostros de estudiantes y profesores

¡Llegaron los Umagineers a la Monteávila! Ha sido el eslogan de la nueva Facultad de Ingeniería. Tres novedosos títulos, que están en el corazón de la transformación digital inteligente, comenzaron sus clases el 15 de septiembre. El nuevo decano se planteó tres retos: contar con 8 muy buenos profesores para las materias del primer semestre, conseguir 30 inscritos entre las tres carreras y forjar alianzas. Los profesores ya se han ganado el aprecio de sus alumnos. Sentamos a más de 60 aspirantes de ingeniería en nuestros escritorios el primer día de clases.  Y firmamos un convenio con TECNUN, la escuela de ingeniería de la Universidad de Navarra. 

Además, la apertura de la carrera de Economía fue igualmente exitosa, llenando el aula prevista junto a los estudiantes de Administración y motivando a varios egresados a cursar el nuevo título. Con estas cuatro nuevas ofertas, la universidad ha duplicado su oferta de pregrado

En el Consejo Nacional de Universidades del pasado dos de octubre (providencialmente misma fecha en que el año 1998 se firmó la aprobación de la creación de la Monteávila), nos aprobaron Ingeniería de Operaciones y Logística. Estamos esperando que aparezca en Gaceta Oficial para promocionarla. De este modo, la novel facultad contará con 4 carreras

Recientemente nos aprobaron la Especialización en Derecho digital, para dotar a los abogados de conocimientos y herramientas para apoyar su práctica legal con tecnología de punta. Antes nos habían aprobado la Especialización en Derecho de la Economía, que ya graduó su primera promoción. Con esos títulos llegamos a once postgrados.

Hemos firmado múltiples convenios. Las alianzas son clave para cualquier institución porque potencian su capacidad y alargan su alcance. Con el apoyo de fundaciones como la Konrad Adenauer y la Hanns Seidel hemos transmitido conocimientos a muchísimas personas de zonas lejanas a la universidad. Con los diplomados de Mujer y ciudadanía hemos formado a mujeres como agentes de cambio, muchas de ellas líderes en sus comunidades populares. 

Hemos elevado el perfil internacional de la universidad al firmar convenios con otras universidades en el exterior. Recientemente se graduaron del Master en Negociación en la Universidad de Missouri tres egresados de nuestro Programa de Estudios Avanzados en Arbitraje.  Una egresada de Comunicación Social cursó dos semestres en la Universidad Panamericana en México como parte del programa de movilidad estudiantil. Un estudiante de Comunicación Social está actualmente cursando un semestre en la Universidad de Villanueva en Madrid. Pronto irán nuestros alumnos a la Universidad de Navarra y a la Universidad Internacional de Cataluña. Gracias al convenio con TECNUN tres potenciales profesores están haciendo maestrías o doctorado en esa prestigiosa escuela de ingeniería. 

Nuestros estudiantes de Administración y Comunicación Social han cursado electivas en el IESA, tanto de Liderazgo como Mercadeo, y pronto lo harán en la Maestría de Finanzas de esa prestigiosa institución. Se han codeado con profesionales, en el ritmo exigente de los trimestres y con metodologías participativas que demandan de ellos madurez y mucho estudio. Lo han hecho muy bien.

Es decir, nuevas carreras, nuevos espacios y convenios internacionales: ¡Los tenemos!

En la película Viven, que narra la sobrevivencia en los andes chilenos de los sobrevivientes del equipo de rugby uruguayo, hay una escena que lucía descorazonadora: el equipo enviado a buscar la civilización para pedir auxilio, luego de mucho esfuerzo, alcanza una cumbre y ante sus ojos se pierden en el horizonte otras montañas que tendrán que superar. Pues lo hacen. La misión que tenían encomendada les dio las fuerzas necesarias para abrirse camino entre ellas o por encima de ellas. El lema de este año fue 25 años hacia la cima. Y recuerdo entonces el dicho: cuando alcanzas una cumbre te das cuenta de que hay muchas otras por conquistar. Nuestro propósito de estos cinco lustros, y pienso de las siguientes décadas, se puede resumir en transformar vidas e impactar en la sociedad. Fin noble y magnánimo que espolea corazones y enfoca los esfuerzos. 

¡Hacia los próximos 25 años! 

Rector Guillermo Fariñas Contreras.