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Ricardo Antequera: La columna vertebral de las franquicias está directamente relacionada con la propiedad intelectual

Feb 16, 2024

“Las franquicias viven como viven las empresas, como viven los negocios en general, y viven a partir de la creatividad permanente para mantenerse relevante frente al consumidor”, expresó Ricardo Antequera, director de la Especialización en Propiedad Intelectual, presidente de Profranquicias (Cámara Venezolana de Franquicias) y profesor del curso “Franquicias y Propiedad Intelectual. Temas que deberías conocer”.

El curso se realizará en modalidad virtual y está dirigido a todo aquel que tenga el interés de vincularse a la comunidad de emprendimiento, de darle mayor y mejor estructura a sus proyectos. Además, abre las puertas a participantes de toda la comunidad latinoamericana.

A propósito de esta iniciativa académica de desarrollo profesional, que suma voluntades  con la Federación Iberoamericana de Franquicias, conversamos con Ricardo Antequera sobre la relación entre la propiedad intelectual y este modelo de negocios, así como algunas de sus características en Venezuela. 

¿Qué relación guardan las franquicias con la propiedad intelectual?

Todo. Yo creo que hay una cosa que nadie o poca gente se detiene a pensar, y es que la columna vertebral y la estructura de una franquicia descansa sobre elementos que están relacionados directamente con la propiedad intelectual. Desde lo que vemos, es decir, el cómo se identifica un negocio. Uno piensa en una franquicia de hamburguesa, que nació en Chicago y que tiene unos colores amarillo y dorado… McDonald ‘s. Entonces desde ahí empieza, eso es la parte visible, lo exterior, pero lo que no se ve también es relevante para la propiedad intelectual. 

Todo el conocimiento asociado que se va sistematizando, que se va documentando para montar una estructura de negocios que sea replicable, que se pueda repetir de manera tal de que tú la entregues a un franquiciado o a una comunidad de personas que se quieran acercar a tu negocio: unos manuales, una identidad, tecnología, menú, diseño de uniforme, políticas para el uso de música o no, colores, decoración, por ejemplo. Todos esos son elementos protegidos o por la vía de invenciones o por la vía del derecho de autor o por la vía de marcas. Después tienes los temas de confidencialidad y un know-how que tú le trasladas a ese franquiciado, y una serie de contratos que deben estar acompañando esa relación. 

Entonces, la propiedad intelectual es un aliado natural y por eso es que concebimos esta iniciativa (del curso), para explicarle a la gente que dentro de esa planificación en la que se está pensando en evolucionar en formato de franquicia o quien está interesado en relacionarse con una franquicia, tiene que entender que parte de ese conocimiento o de esa estructuración del negocio, o también de formar parte de un negocio que ya existe, demanda una planificación en temas legales donde la propiedad intelectual es esencial.

¿Cómo saber cuándo es el momento para dar el paso y evolucionar al formato de franquicia?

No hay una regla escrita. Es algo donde la intuición también ayuda. No es lo mismo empezar un negocio en Caracas que empezar con un negocio en Maturín o en Maracaibo. Tengo que identificar cuál es la oferta disponible dentro de ese espacio donde yo me voy a mover. A lo mejor yo tengo unos forros de teléfonos sensacionales y creo que puedo montar una tienda de accesorios porque los diseños míos son buenísimos, pero cuando salgo y veo, hay una sobreoferta de ese tipo de productos, entonces a lo mejor por bueno que sea mi producto, por buena que sea mi idea, quizás no tenga llegada, pero no porque no sea bueno lo mío, sino porque hay mucha oferta de gente que ya se adelantó. 

Entonces eso forma parte de lo que yo siempre digo de hacer los deberes: uno tiene que estudiar el mercado, estudiar el consumidor, la capacidad de consumo que tiene la gente en estos momentos. Los tiempos de cada negocio son diferentes, pero lo que sí es responsable es decirle siempre a los emprendedores que pegar el brinco de emprendimiento a franquicia es una tarea muy complicada, porque una cosa es manejar un negocio y otra cosa es poder ir madurando para que ese negocio se convierta en una oferta replicable. Eso demanda una cantidad de responsabilidad y de tarea de quien es el dueño del emprendimiento. Tiene que ir registrando desde experiencias, aprendizaje, errores. Parte de ese proceso es no tener miedo a haber tomado la iniciativa de lanzar esa oferta nueva, pero también retirarla si yo veo que el mercado me está haciendo receptivo a esa formulación, a esa oferta de precios. 

Franquiciar un negocio es un acto de responsabilidad muy grande. No le estás garantizando el éxito a nadie, pero tú le estás ofreciendo una cantidad de elementos que ya han sido probados en un modelo de negocio que le pueden permitir a otro aspirar a replicar ese éxito que tú tuviste. Pero por supuesto, nuevamente dentro de los deberes, hay un trabajo conjunto entre franquiciante y franquiciado de estudiar el mercado, de estudiar el punto de venta, de evaluar el tráfico de gente que pasa por un lugar. 

En los últimos años veníamos acostumbrados a que las franquicias vivían dentro de los centros comerciales. Hoy en día no necesariamente es así. Los centros comerciales siguen siendo unos aliados extraordinarios del sistema de franquicias, pero uno también ve que dependiendo del lugar pues hay locales que pueden funcionar mejor o marcas que pueden funcionar mejor a boca de calle. 

La invitación es a siempre tratar de construir unos modelos o unos formatos de negocios que sean innovadores, que sean distintivos, que no necesariamente supone reinventarnos la rueda, pero sí agregarle creatividad de manera tal de que las personas identifiquen esa oferta como única. Y eso forma parte de las bondades del sistema de franquicia, que de alguna manera ese dolor de cabeza, ese aprendizaje ya lo pasó alguien por ti.

Si bien el éxito no está garantizado, ¿tener nociones sobre la propiedad intelectual puede ayudar a minimizar riesgos y fracasos en este modelo de negocios? 

Ayuda porque desde una perspectiva o de la otra, es decir, como franquiciante o como franquiciado, te ayudará a tomar mejores decisiones. Por ejemplo, hay cosas tan sencillas como que eso forma parte de este proceso en el que uno está empeñado en ayudar a la comunidad comercial del país. ¿Quieres montar un negocio? Tómate la tarea de construir realmente tu identidad. No caigas en la trampa de caer en el lugar común de identificar a tu negocio con el nombre del producto que vendes. Dale un valor distintivo. Genera un factor diferenciador para que luego, gracias a tu trabajo y al esfuerzo publicitario que hagas, la gente empiece a asociar lo que no resulta obvio con tu negocio. Esto es, si yo me llamo “El emperador de las alfombras”, entonces, bueno, obviamente que para la gente es mucho más fácil y mucho más rápido asociar mi nombre con el tipo de producto que yo le voy a vender. Pero después, si yo me quedo ahí con un nombre genérico, pierdo esa posibilidad de distinguirme. 

Si yo me identifico con unos genéricos me pierdo dentro de la oferta comercial que hay. En Venezuela nos sobran casos de ese tipo, porque entonces cuando se ponen de moda las donas, por ejemplo, todo el mundo comienza a llamar sus negocios Ricadona, Maxidona, Delidona, Lindadona. No. Tú tienes que llamarte Pedrito y vender dona. No caigas en esas trampas, porque después se satura el mercado y entonces te conviertes en una oferta más, es como una estandarización. 

Los venezolanos somos muy de moda y se nos va, y eso forma parte de las cosas en las que uno se empeña mucho, que los que están vinculados al mundo del emprendimiento y que quieren después evolucionar a franquicia, sean exigentes en la creación de una identidad realmente única para que la gente cuando piense en “dona” no solamente se vaya a cualquiera, sino que piense en la tuya. Y eso forma parte de un trabajo de generación de identidad, más, por supuesto, de calidad. 

¿En Venezuela hay algún requisito específico para el proceso de establecimiento de una franquicia?

Venezuela no tiene un sistema legal autónomo en materia de franquicia, así que las regulaciones que aplican a un sistema de franquicia son similares a las que puede aplicar a cualquier empresa que va a constituirse aquí. No hay un marco regulatorio específico, sino que aplica todo lo que le aplica a cualquier empresa de productos o servicios en general. 

Eso es una ventaja, pero también una responsabilidad adicional para quien se involucre en el mundo de la franquicia, porque en otros países eso está sujeto a una aprobación, por ejemplo, de un ente regulador específico antes de tu poder salir con tu oferta comercial frente a terceros, tiene que estar aprobado previamente por una institución pública. 

En Venezuela no es así, por lo cual no es que lo haga más fácil, sino que en teoría, en el deber ser a lo que uno debería aspirar, es que eso nos haga ser más autoexigentes. Antes de salir al mercado debemos estar convencidos de que hemos hecho todos los deberes como para poder invitar a otros a que se sumen a esta oferta comercial.   

¿Qué franquicias venezolanas pueden servir de referente a quienes desean incursionar en este modelo de negocio?

Hay muchísimos,  más de lo que la gente se imagina. ¿De dónde piensa usted que es la marca o el sistema de franquicia Churromanía o Perfume Factory o Quick Press o Farmacia SAAS? La gente siempre piensa que son formatos de extranjeros y son modelos de negocios venezolanos que han nacido producto de la iniciativa, desde grupos familiares con mucha experiencia en el país, como es el caso de Farmacia SAAS, que es una evolución del Grupo COBECA, que es una de las principales droguerías del país, pero también hay negocios como Churromanía que tienen operaciones en siete países de América Latina. Perfumes Factory tiene más de 300 puntos de venta regados por América Latina y son emprendimientos que nacieron aquí. 

Algunos han trascendido en el tiempo, otros tuvieron su momento de gloria. Algunos están tratando de lanzarse otra vez, como por ejemplo Juan Chichero, que fue una marca muy famosa hasta hace algunos años y está en un proceso de relanzamiento. Pero hay muchas más franquicias venezolanas de las que nosotros nos imaginamos y siempre pensamos o asociamos el concepto franquicia con cadenas internacionales, que también, pero Venezuela llegó a ser la cuarta plaza en América Latina en número de franquicias operando. 

Entonces, ¿sí podría decirse que es un modelo de negocio que puede prosperar y es rentable para el país?

Por supuesto. Cuando uno piensa en mejores momentos para la economía venezolana, mucha gente parte de un principio errado, que es que piensa en que aquí se necesitan grandes industrias. También se necesitan grandes industrias, pero sobre todo lo que necesitamos en nuestro tejido social y económico son muchas pequeñas y medianas empresas. Las grandes economías del mundo están conformadas o el pulmón de las grandes economías del mundo está en las pequeñas y medianas empresas.

Hay algunos países que tienen grandes industrias, pero no todos los países, no todas las grandes economías tienen o están perfiladas hacia el formato de la gran industria. sino que también y con la tecnología con mucha mayor razón, pues la pequeña y la media de la empresa forma parte de ese pulmón. Y hoy en día, con el acceso masivo a los recursos tecnológicos, que facilitan el aprendizaje, facilitan los procesos comerciales e industriales, pues hay oportunidades importantes para economías en revisión y en evolución como la venezolana. 

Si los venezolanos entendemos y abrazamos el modelo de la pequeña y la mediana empresa como camino hacia la reconstrucción del país, pues la franquicia tiene muchísimo que ofrecer porque es una herramienta comercial que le permite a la gente con recursos económicos, con un abanico de opciones que no están asociadas necesariamente a la gran inversión, digamos. Hay franquicias para todos los bolsillos: pequeñas, medianas, microfranquicias. Eso lo iremos viendo cada vez con más frecuencia en Venezuela. 

Estamos muy acostumbrados a la tienda inmensa de 2.000 metros cuadrados y no necesariamente el mercado soporta tantas grandes ofertas, sino que también puede ser que la solución esté por muchas pequeñas ofertas abriendo, compitiendo y satisfaciendo a las necesidades de los consumidores y usuarios.